Estudio de caso

1200 voluntarios de Tumbador para centros de rehabilitación internacionales

La organización sin fines de lucro Tumbador ha estado apoyando centros de rehabilitación en Guatemala y Perú durante más de veinte años, proporcionando tanto asistencia financiera como voluntarios que están felices de arremangarse y quedarse atrapados. Además de la rehabilitación física de niños y jóvenes con discapacidades, los centros también ofrecen ergoterapia, asistencia psicológica y apoyo social. Para celebrar nuestros veinte años de existencia, hablamos con Stefan, presidente de la organización sin fines de lucro, y con Michel, responsable de la recaudación de fondos para la organización.


La historia de Tumbador comienza en 2001, cuando uno de los amigos de Stefan viajó a El Tumbador en Guatemala para trabajar como fisioterapeuta voluntario. «Decidimos organizar una actividad benéfica para intentar mejorar las cosas. Repetimos la iniciativa al año siguiente y, un año después, nació la NFP», explica Stefan.


Apoyar este tipo de iniciativas requiere fondos considerables, que es donde el equipo de recaudación de fondos tiene sus inicios. Michel explica: «Todos los años enviamos voluntarios a conciertos y festivales. Las ganancias que recibimos de esos esfuerzos representan una parte importante de los ingresos de la organización sin fines de lucro, lo que nos permite financiar la ayuda al desarrollo. Entre las actividades que realizan nuestros voluntarios en esos eventos se incluyen controlar a las multitudes, cuidar el bar y, al mismo tiempo, disfrutar de un concierto».


El año pasado, la base de datos de Tumbador tenía unos 1200 voluntarios activos, todos los cuales deben ser asignados a uno de los múltiples turnos. Michel continúa: «Antes de 2021, su trabajo estaba bastante fragmentado: había dos equipos, uno para los eventos en salas y otro para los festivales que duraban varios días. Cada equipo tenía su propia lista de direcciones y elaboraba sus horarios de forma independiente del otro. La información no fluía muy bien y, en ocasiones, eso hacía que los voluntarios acabaran haciendo doble reserva».


La búsqueda de un único sistema de programación central

Para combatir estos desafíos, Tumbador comenzó a buscar una herramienta de programación con una base de datos central en la que pudiera crear un cronograma para todos los eventos y que le permitiera comunicarse con el personal. Resultó que Beeple tenía la solución. «Uno de los miembros de nuestro equipo nos hizo una demostración de Beeple y ¡funcionó de inmediato! Beeple ya tenía una gran experiencia programando voluntarios para eventos y centros de vacunación, así que entendió perfectamente lo que buscábamos», explica Stefan.


«Es un sistema increíblemente útil para nosotros, los programadores y nuestro personal. Usamos Beeple para crear todos los eventos para los que buscamos voluntarios. Los voluntarios se inscriben en los turnos que les parecen más atractivos y nosotros decidimos qué candidatos aceptar. Siempre intentamos tener en cuenta las preferencias de los miembros de nuestro personal; por lo general, resolvemos el acertijo con bastante rapidez», añade Michel.


Michel continúa: «Siempre creamos una lista de reserva con la que podemos contactar rápidamente si algo cambia en el último momento o si alguien rechaza un turno. Nuestra base de datos incluye personas desde Limburgo hasta Flandes Occidental, por lo que siempre hay alguien cerca sea cual sea el evento».


¿Está interesado en convertirse en voluntario?

«Cualquier persona puede convertirse en voluntario registrándose en nuestro sitio web. El año pasado fue un año récord y enviamos voluntarios a más de 104 salas de eventos y festivales. En los eventos más pequeños, solo necesitas un puñado de personas, pero es posible que necesitemos 120 personas para un solo día en festivales como Tomorrowland. Así que, ¡agradeceremos toda la ayuda que podamos recibir!» concluye Stefan.

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